Hoy en día, las organizaciones no pueden permanecer estáticas. Si quieren superar los desafíos de un mundo cambiante y ser más competitivas, deben actualizar sus modelos de trabajo y volverse ágiles. Poner en marcha un enfoque adecuado de IT Agility les permite alcanzar este objetivo.
Implementar una infraestructura IT ágil les permite acelerar la entrega de proyectos, escalar sus capacidades productivas para hacer frente a la creciente demanda de los consumidores y potenciar la innovación.
¿De qué hablamos cuando hablamos de agilidad?
En términos generales, la agilidad es un concepto que hace referencia a la rapidez con la cual una empresa responde a las oportunidades que se le presentan. Se trata de la capacidad que tiene una organización para moverse y adaptarse con flexibilidad, rapidez y determinación a cualquier tipo de cambio.
La IT Agility, por su parte, determina cuán eficiente es la estructura tecnológica de una compañía para responder a estímulos que provienen del exterior. Es decir, qué tan efectiva es al momento de cambiar o qué tan exitosa es cuando debe aprovechar o crear una nueva oportunidad.
La metodología ágil, que debe volverse parte de la cultura empresarial, funciona como un proceso incremental que se realiza en sprints (periodos cortos de tiempo) quincenales o mensuales en los cuales se evalúan las prioridades de cada proyecto, lo que brinda la posibilidad de detectar errores e incorporar cambios para corregir o modificar el rumbo de la iniciativa.
Poner en marcha un enfoque de IT Agility es clave para que las organizaciones puedan crear infraestructuras tecnológicas que tengan un funcionamiento óptimo, aprovechen al máximo sus recursos IT, fomenten la innovación y den lugar a una forma ágil de trabajo en todos los sectores.
IT Agility: cómo puede impulsar la transformación de tu empresa
Un modelo tecnológico ágil ayuda a las empresas a aprovechar oportunidades aplicando los recursos adecuados a cada carga de trabajo en función de las necesidades. En este sentido, la agilidad IT permite responder a los requerimientos de cada momento, aportando flexibilidad para moverse entre la nube pública, privada y los entornos locales.
La agilidad IT no beneficia únicamente al área tecnológica de una organización, sino que aporta ventajas que se aplican transversalmente a todos los sectores y, en consecuencia, impactan positivamente en toda la compañía.
Flexibilidad
Hoy en día, las organizaciones necesitan modelos IT ágiles que les permitan adaptarse a los cambios y exigencias permanentes del mercado y de los clientes.
Numerosas cargas de trabajo y fuentes de datos requieren una capacidad elástica que pueda ampliarse rápidamente según las necesidades en tiempo real. Un enfoque IT ágil y basado en el consumo permite utilizar los recursos que se requieren en cada momento, lo cual optimiza el presupuesto y garantiza una mayor capacidad de respuesta.
Consistencia
Ante la presión para desarrollar nuevas soluciones que satisfagan las expectativas de los clientes, las organizaciones recurren cada vez más a la nube para seguir el ritmo de la innovación. Sin embargo, no todas las cargas de trabajo son aptas para la nube pública.
Adoptar un enfoque IT híbrido permite desplegar, operar y escalar cargas de trabajo en función de cada necesidad. Esta forma de operar solo es posible con un modelo que priorice la IT Agility; es decir, que brinde la posibilidad de que las empresas migren cargas de trabajo con los requisitos de seguridad y control necesarios en la cloud pública y privada, y en el borde.
Capacidad de respuesta
Por último, fomentar la agilidad IT les permite a las organizaciones responder de forma más rápida y adecuada no solamente a las expectativas de los clientes, sino también a los objetivos empresariales generales.
Una mentalidad ágil que alinee el entorno tecnológico con los propósitos de la compañía le permite al sector IT asignar los recursos adecuados para cada carga de trabajo e introducir cambios a medida que se modifican las prioridades organizacionales.
Implementar un enfoque centrado en la IT Agility implica mucho más que planes estratégicos y prácticas de desarrollo tecnológico. Requiere un replanteamiento completo de la mentalidad y la cultura de la organización con el objetivo de alcanzar las metas previstas y de impulsar la transformación digital completa.
Si querés saber cómo podemos ayudarte a lograr una infraestructura de IT más ágil, esperamos tu mensaje.