A la hora de seleccionar un entorno para colocar sus cargas de trabajo y aplicaciones, es habitual que los responsables IT de las organizaciones se enfrenten al dilema cloud vs. on-premise y que piensen que deben elegir una locación para hacerlo, excluyendo una de las opciones.

Sin embargo, esta alternativa se torna innecesaria si tenemos en cuenta que, en la actualidad, está vigente una nueva forma de gestionar los datos que les brinda a las empresas la posibilidad de obtener seguridad, control, agilidad y flexibilidad. Es decir, lo mejor de ambos mundos.

Del borde a la nube: la tecnología que supera la disyuntiva cloud vs. on-premise

En los últimos años, el fenómeno acelerado de la transformación digital, sumado a la necesidad de agilizar las operaciones, configuraron el escenario ideal para que las organizaciones se sumen a la tendencia de “pasarse a la nube”.

Sin embargo, un estudio de la consultora Researcher Uptime Institute indica que más del 70% de las cargas de trabajo de las compañías continúan estando en centros de datos corporativos, 20% de ellas se encuentran en collocation centers y tan solo el 9% en sistemas cloud.

¿Por qué sucede esto? La respuesta es simple: gran parte de las organizaciones funcionan con datos y aplicaciones críticas que tienen requisitos específicos de seguridad. A pesar de que aporta dinamismo y flexibilidad, la nube no puede cumplimentarlos.

En consecuencia, para brindarle a esta información la protección necesaria, cada vez más empresas alojan sus registros informáticos tanto en sus instalaciones como en la nube.

Utilizar una plataforma edge-to-cloud significa ir un paso más allá del dilema cloud vs. on-premise. Es poner en marcha una experiencia en la nube que combina las ventajas del cloud computing con los beneficios del edge y los data centers locales.

La solución del borde a la nube ofrece una infraestructura de datos que posee la seguridad y el control del modelo on-premise con el pago por uso, el servicio dinámico y la gestión tercerizada que libera a los equipos IT locales y reduce la inversión inicial.

Con plataformas edge-to-cloud como HPE GreenLake, las organizaciones dejan de lado el dilema cloud vs. on-premise, ya que pueden elegir migrar algunas aplicaciones y datos a la nube pública y conservar otros en el borde.

Qué considerar al diseñar una estrategia edge-to-cloud

A la hora de decidir dónde almacenar sus aplicaciones y datos, si en el borde o en la nube, y desarrollar una estrategia edge-to-cloud, las organizaciones deben considerar diferentes aspectos.

Niveles de control

Los registros y aplicaciones que requieren un estricto y permanente control por parte de los equipos IT deberían permanecer en entornos cercanos y operar desde un centro de datos local.

Gravedad de los datos

Con gravedad nos referimos al peso de los datos, que es un elemento clave al momento de poner en funcionamiento una estrategia del borde a la nube. Si existen registros de gran volumen cuya migración a la nube conlleva demasiado tiempo y esfuerzo, una vez que estén trasladados, será complejo volverlos a pasar a su lugar original.

Costos

Las plataformas edge-to-cloud permiten el pago por consumo; es decir, admiten que las organizaciones abonen de acuerdo a los recursos de almacenamiento y procesamiento de datos que utilizan. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, una vez que se migran los datos a la nube, volver a trasladarlos a un centro de datos local puede ser bastante costoso.

De modo que es imprescindible analizar en profundidad qué registros se trasladan al entorno cloud para evitar gastos imprevistos.

Seguridad de los datos

Este es un aspecto fundamental. Si bien garantizar la seguridad en los datos en la nube no es imposible, definitivamente es mucho más difícil que hacerlo en un entorno local.

Por eso, en los casos de organizaciones que manejan información confidencial y sensible, lo ideal es implementar soluciones locales para evitar filtraciones e inconvenientes con el compliance normativo.

Capacidad operativa de los equipos IT

En las soluciones edge-to-cloud, la infraestructura de datos es diseñada y mantenida por proveedores externos. Esto implica que los equipos informáticos de las organizaciones pueden concentrarse en tareas innovadoras y estratégicas que traccionan el negocio.

Refactorización

Para trasladar algunas cargas de trabajo a entornos cloud, es necesario separar los datos de la aplicación, en un proceso llamado refactorización. Por eso, a la hora de implementar una estrategia edge-to-cloud, es primordial privilegiar la migración a la nube de aquellas aplicaciones nativas de este entorno y mantener el resto en el borde.

Con las soluciones edge-to-cloud, es posible trascender el dilema cloud vs. on-premise y obtener lo mejor de ambos entornos. ¿Tenés dudas? Contactanos.